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Tecnología

La inteligencia artificial en el sector empresarial

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Hoy en día es cada vez más frecuente escuchar el término Inteligencia Artificial (IA) en diferentes ámbitos de nuestra vida. Pero ¿qué es la Inteligencia Artificial? A pesar de que no hay una definición unánimemente aceptada, lo podríamos resumir como “el nombre genérico que se da a una serie de tecnologías que sirven para emular al intelecto humano”. Esto es, que las maquinas piensen y actúen por sí solas siguiendo nuestras indicaciones.

En realidad, todo se resume a una secuencia de patrones, algoritmos, y variables que parecen marcar los comportamientos y tendencias de consumo del gran público. Las empresas, conscientes de ello, están incorporando progresivamente dicha tecnología en sus procedimientos en pos de alcanzar una ventaja competitiva en el mercado.

No obstante, el desconocimiento y la complejidad para comenzar este camino  son el principal escollo para el uso de la Inteligencia Artificial entre las pequeñas y medianas empresas. Además la propia inercia de muchas de estas empresas les lleva a pensar… “si la facturación de mi empresa es buena, mis clientes consumen los distintos productos que ofrezco y tengo una previsión de crecimiento más que razonable ¿para qué cambiar?”.

Sin embargo, a medida que la demanda va aumentando, la experiencia de los clientes al interactuar con las empresas se vuelve cada vez más trascendental y el cliente busca, además de resultados, inmediatez. Y es que ese es uno de los distintos valores que aporta la IA, por ejemplo, la automatización de procesos administrativos y tareas repetitivas como programar reuniones, redacción de documentos, procesar formularios y organizar archivos.

Mayor rapidez, mayor eficiencia, menor lugar para el error humano… los empleados pueden dedicarse a realizar actividades realmente importantes, con valor añadido.  elevando así la productividad de la empresa.

Vivimos una época de constante cambio. Lo que hace 3 meses era tendencia ahora está pasado de moda y aquello que hacíamos hace 10 años parece obsoleto. Además, se hace cada vez más patente que el pez grande se come al pequeño y que si no formas parte de esa endiablada espiral te quedas fuera.  El aspecto más positivo de esta revolución tecnológica es la ‘socialización’ de la innovación. Hace unos años, las compañías tenían que destinar buena parte de sus beneficios a la inversión en infraestructura tecnológicas o en I+D. Actualmente, la generalización de esta tecnología acerca a cualquier empresa a un potencial desconocido.

La revolución ha llegado y ya no hay tiempo que perder. La tecnología no es ni debe ser solo cosa de los grandes gigantes. La IA ofrece innumerables debates, pero sus beneficios son evidentes. Y no solo eso, sino que se presenta ante el público como la mejor arma de defensa (y también de ataque) frente a los innumerables competidores.

Alvaro Gómez Rodriguez

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